8 de junio de 2009

ALEGATO LIBERTARIO


Y un buen día, me siento y me pregunto que donde está mi libertad.
No la libertad de nacer,que no la tuve, otrs decidieron por mí.No la libertad de vivir,que otros decidieron por mí.No la libertad de aprender, que otros decidieron por mí. No la libertad de querer, que otros decidieron por mí.
Hasta que tuve uso de razón.
Entonces decidí cuando quería ser esclavo, es decir, cuando de verdad quería perder mi libertad. Y decidí ceder parcelas de mi libertad:
con mis padres, porque los quería.
con mis hermanos, porque yo era parte de ellos, ellos de mí y nos queríamos.
con extraños, que yo hice que fueran mis amigos, porque yo querìa perder parcelas de mi libertad, para que compartiendo momentos inolvidables, dejar de ser extraños y partícipe de un gfuturo común.
Y cuando nos enamoramos, es cuando más libertad perdemos, pero es por amor. Y felices y dichosos, nos damos y esclavos felices uno del otro, nuestra libertad perdida por Amor verdadero.
Y así llegamos un buen día, que no tenemos conciencia de cuantas parcelas de libertad nos queda. Y decidimos, que la libertad perdida ha sido por Amor,pero no impuesta.
Y es ahí cuando reclamamos a padres, hermanos, amigos, pareja e hijos, que no nos hagan esclavos.
Que la libertad personal es algo que se dá, no se exige. Y es ahì cuando tenemos que poner coto a tratos exigentes.
La libertad, por el bién común, vale; pero por encima está la mía propia, que la daré a quién quiera, cuando quiera y como yo quiera. Que nadie tiene derecho a hacernos esclavos, que nosotros decidimos cuándo y con quién queremos perder esas cuotas de libertad personal.
Te quiero, pero no me exijas más de lo que quiera dar. Porque el abuso de exigir llega a la sequía del Amor y a la negativa de compartir libertad.
Intercanbiemos libertades para sobrevivir a la Amistad y al Amor. El abuso y las exigencias los mata.